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Resección transuretral de vejiga (RTU)
El tratamiento quirúrgico de elección en el cáncer de vejiga es la RTU, ya sea como tratamiento completo (tumor superficial) o como para la toma de biopsia diagnóstica (tumor infiltrante).
Ésta se realiza mediante un instrumento llamado resector que se introduce hasta la vejiga a través de la uretra. Consiste en la resección (corte) y extracción de los tumores vesicales en pequeños fragmentos fileteados mediante energía eléctrica (mono o bipolar) que transmite un asa de corte (especie de cuchilla) que incorpora dicho instrumento. Mediante este mismo asa se coagula posteriormente el lecho y los márgenes quirúrgicos y posteriormente a la operación se coloca una sonda vesical, por la cual se realizan lavados con suero hasta minimizar la hematuria (sangrado por la orina). El paciente puede ser dado de alta con o sin sonda vesical.
La anestesia que se realiza para esta técnica es locoregional, normalmente peridural, y no suele superar la hora de intervención.

Cistoprostatectomía radical
Cuando el cáncer de vejiga no es superficial, sino infiltrante, no es suficiente con la extirpación del tumor mediante RTU pues no se puede controlar el crecimiento en profundidad del tumor sin riesgo a perforar la vejiga.
Es necesaria una cirugía más amplia y agresiva, que consiste en la extirpación de toda la vejiga, de la próstata y las vesículas seminales en el hombre y del útero, ovarios y parcialmente de la vagina en la mujer (unidades anatómico-funcionales) así como de los ganglios linfáticos próximos.
Una vez extirpada la vejiga es necesario realizar una derivación urinaria, es decir recanalizar la orina que fabrica el riñón y que conduce el uréter cortado en el extremo al extirpar la vejiga. 
Dicha derivación puede ser de tipo continente, realizando una nueva vejiga con intestino y abocándola de nuevo a la uretra, o bien incontinente, mediante un estoma cutáneo. El uso de una técnica u otra dependerá siempre del caso a tratar en función de las características propias del paciente y del tumor.
Dicha intervención en la actualidad puede plantearse tanto como cirugía abierta como abordaje laparoscópico.
 La anestesia para este procedimiento siempre es general y viene a durar unas tres o cuatro horas, dependiendo de la derivación urinaria realizada.

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